En noviembre del 1908 el Club parecía tocar fondo, con 38 socios que estaban a punto de dejarlo correr. Gamper no dejó morir la Entidad y en la asamblea del 2 de diciembre se convirtió en su presidente por primera vez.
Comenzaba una nueva etapa en la historia del Club, que suponía la consolidación en el panorama futbolístico y social de la ciudad y del país. Es un proceso en el que confluyeron varias circunstancias: en primer lugar, la consolidación como entidad, de acuerdo con un constante incremento del número de socios, la reforma de los estatutos y el primer terreno de juego importante del Club. Paralelamente, una etapa de éxitos deportivos y los primeros jugadores reconocidos por la afición, en una fase en la que se divisa el profesionalismo del fútbol.
El crecimiento social fue notable. De los 201 socios que había en 1909 se pasó a 2.973 en sólo diez años. Son unos años en los que el Barça puso unas sólidas bases para definir qué tipo de club de fútbol quería ser, más allá de los sueños de los amigos que lo habían fundado en 1899.